viernes, 13 de mayo de 2016

Dramatismo en si mismo consentido III

Un día le dijeron "has cambiado" y la dejaron sola.
Su primer sentimiento fue de acorralamiento, ¿qué era lo que les hacía ese cambio tan malo, qué lo hacía tan insoportable para una amistad?
Después sintió orgullo, tal vez tenían razón pero ¿acaso las necesitaba?
Más tarde sintió rabia, ¿cuánto duraría la separación? ¿tan poco les importaba?
y luego, luego se sintió triste, ¿es que acaso no había solución?
Pero cuando intentó solucionarlo al parecer ya era demasiado tarde, le clavaron un cuchillo en el corazón y la hemorragia fue tal que al andar creía dejar un rastro de sangre por su camino.
Pero la hemorragia cesó, se sacó el cuchillo, la herida cicatrizó
Estás triste, escribe;
Sientes rabia, libérate;
Te sientes acorralada, observa la salida;
El orgullo te ciega, utiliza el oído, utiliza el tacto.

Pero nunca te sientas sola por haber cambiado, cambiar puede ser evolución, la evolución puede ser revolución, la revolución te puede hacer libre, y la libertad te dará dignidad, y ahí, ahí no suele haber nadie más que tú.








viernes, 1 de abril de 2016

Tú misma, ella misma, yo misma

Pienso en ti mientras el sol quema mi cara y no sé quien eres;
pienso en ti sin saber si tu un segundo pensaste en mi,
mientras subías por agua con las manos ya no delicadas;
pienso en ti sin saber si en algún momento tu pensarás en mi,
mientras cortas una flor en el mismo lugar donde ya la corté yo, donde ya la cortó ella.

Este lugar no me pertenece, pero tal vez a través de mi, me pertenezca más que nunca,
más que a nadie, o no llegue a conocerlo nunca.

Pienso en ti mientras imagino cuales fueron tus deseos, como mirabas las piedras de tu camino,
como una vez diste vueltas sobre ti misma, buscándote, perdiéndote.

Tu que ya nos ha matado, no nos olvides, nosotras te imaginamos, nosotras te inventamos.


sábado, 19 de marzo de 2016

Día del Padre

Leyendo Brooklyn Follies de Paul Auster se me ha venido a la cabeza una cuestión.
¿De verdad todos los padres ven a sus hijos como los mejores del mundo? No me refiero a verlos perfectos sino simplemente si les caen bien, independientemente del amor que les tengan.
He escuchado a hijos hablar mal de sus padres y a padres estar hartos de sus hijos pero siempre por algún motivo feo entre ellos. No es eso a lo que me refiero, sino a tener una buena relación con ellos pero pensar: "Mi hijo es gilipollas, lo quiero pero no lo puedo ni ver" no porque te ha hecho algo malo, ni porque sean diferentes a ti o no sean como tu huebieras querido, sino es sólo que mierda, no te caen bien.
En este libro el protagonista habla sobre su hija, que para gracia mía se llama Aurora, la ve como alguien a la que nunca se le ha ocurrido ninguna observación original, algo enteramente suyo, y me pareció curioso porque no era una opinión de: "Mi hijo es muy despistado pero muy listo" o "Tiene mucho genio pero es muy buena" me pareció una opinión real, simplemente es una persona opinando de otra sin ningún halo de protección.

No tengo hijos, pero si algún día los tengo espero que me caigan bien y yo caerle bien a ellos, si no pues...¡qué les den!

Si me lee algún padre/madre pensad que después de leerle esto a mi madre creo que le caigo un poco peor que hace dos minutos, porque me ha dicho: "Eso que vas a publicar no me gusta nada, es una tontería"
Touché.

viernes, 4 de marzo de 2016

Un vasito de agua

Dicen que el sol al final siempre sale,
pero tal vez ese sea el problema,
que al final el sol siempre sale,
día tras día,
y nada cambia
y el tiempo siempre pasa,
y al pasar te arrugas,
te arrugas de verdades mundanas,
pero al decir mundano crees que pierde importancia,
pero lo que es cierto es que estamos aquí,
en el mundo,
el que venga después del sol,
ese no nos sirve por lo que las verdades mundanas importan.

Ayer escuché, "A los de podemos ni agua"
pensé, un vasito de agua, ¡joder!
ni un vasito de agua.
Entonces me acordé de algo que me contaron sobre Blas Infante,
de aquel día que arrastrándose moribundo llegó a un convento
y allí no le dieron ni un vasito de agua,
murió,
no de sed,
pero, ¡cuánto calor hubiera sentido al morir con un poquito de agua!
entonces lo comprendí todo.
La crueldad se está volviendo a apoderar de nosotros por culpa de nuestros pensamientos.
¡Dios nos libre! nos dicen, se dicen,
Dios nos libre.