Una habitación intacta;
el hueco de la cama;
las arrugas de la manta,
los cajones llenos de ropa,
libro marcado a falta de terminar,
colillas aun en el cenicero,
pañuelos usados,
olor, cualquier olor, aún en los zapatos, en la ropa sucia pendiente de lavar...
¿cuantas cosas se pueden dejar?
¿cuanto dolor se puede encontrar en cada una de ellas?
Todo igual pero vacío, todo igual pero frío, todo igual pero triste, todo igual pero dejó de existir;
solo dejó cosas sin hacer, recuerdos, y lo que mas cuesta, un extremo dolor en el corazón de los que quedaron.
La muerte es tan natural que da miedo, de hecho a mi me da miedo hasta escribir sobre ella, muchos pensamos sobre ello, pero no por escribir sobre ello te vas a morir repentinamente o sí, morirse, morirse, morirse, se me viene a la cabeza la idea de que alguien al leer esto pueda pensar: "pobrecilla lo escribió y se murió" "¿será que lo presentía? noo, es sólo que si es algo tan seguro y de lo que después de que ocurra no tendremos pensamiento ni sentimiento sobre ello me desconcierta, me desconcierta que se acabe esta partida del juego de la oca y no pueda volver a empezar una nueva.
Sí, cuando morimos no sabemos que ocurrirá, lo único que conocemos es la sensación de los que se quedan, sus sentimientos. Entonces: ¿no es mas triste la tristeza que la pérdida en sí misma? porque tal vez lo que nos espera al morir es mejor o no hay nada por lo que no hay sufrimientos, ni preocupaciones, muerto no te hacen daño, no te desahucian, no te duele el cuerpo por alguna enfermedad, ni el amor duele, ni nadie te decepciona, ni te tienes que esforzar para salir adelante, no tienes que estudiar, no tienes que aceptar trabajos de mierda para poder comer... solo te has muerto y ya no sientes nada, ni siquiera esa vida que dejaste atrás sin vivir.
Entonces por mucho que duela, la tristeza no beneficia a nadie, porque muy pocos quieren ver tristes a los que quieren, así que el "luto" ¿debería de hacerse?, ¿todo el mundo debería recuperarse pronto de una pérdida? y no solo por él mismo, sino por el que ya no está, porque ¿qué es mas desolador, morir sin un seguro de algo mejor o dejar ese sufrimiento y tristeza al marchar?.
Leyendo "La joven de las naranjas" de Jostein Gaarder, por cierto mi segundo autor noruego favorito, además de llorar y llorar y llorar al leerlo te plantea una interesante reflexión:
Y si nos dejaran elegir, si supiéramos lo que viviremos, elegiríamos vivir o no querríamos llegar a ser parte de este mundo, porque elegir vivir es elegir también que un día moriremos y se nos arrebatará todo lo que tenemos.
¿Merece la pena? es una pregunta complicada, lo sé.
Pablo Neruda
Sólo la muerte
Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.
Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.
Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.
A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.
Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.
Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.
Después de esto tendré que escribir sobre lo puñetero y bello que es vivir :)
Os dejo este poema de Walt Whitman para despedirme.
¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
De ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,
¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
Despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
Afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
Yo entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡oh, mi yo!, la triste pregunta que
Vuelve: "¿Qué hay de bueno en todo esto?"
Y la respuesta:
"Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama y que quizás
Tú contribuyes a él con tu rima".
Del desfile interminable de los desleales,
De ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,
¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
Despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
Afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
Yo entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡oh, mi yo!, la triste pregunta que
Vuelve: "¿Qué hay de bueno en todo esto?"
Y la respuesta:
"Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama y que quizás
Tú contribuyes a él con tu rima".
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