



Este año decidí que quería hacer un huerto en un pequeño hueco de tierra que tengo en el patio, llevaba tiempo dando vueltas a esto porque soy algo novelera y me parecía lo más poder alimentarme de algo que yo misma había cultivado, soy bastante carnívora, pero eso está cambiando desde hace ya tiempo. Una vez, mi maestra de Reiki dijo que comer carne era como fumar, que recibiendo Reiki y dándolo poco a poco nuestro cuerpo dejaría de necesitarlo, sinceramente en aquel momento no lo vi nada claro, sólo podía pensar en una loncha de jamón recién cortada de la pata, ¡qué mierda!, algún día contaré lo que el Reiki hizo en mí que no fue precisamente hacerme olvidar el jamón, pero sí que es verdad que llevando una dieta libre de tóxicos, me empecé a sentir mejor, creo que 50% físico 50% mental. Siguiendo con el huerto, como no teníamos ni idea de qué hacer le pregunte a mi vecino, un agradable abuelito que podía hacer para labrar la tierra y me dijo que mejor que con la pala que iba a tardar mucho el me prestaba una pequeña mulita que tenía y que en 5 minutos lo tendría listo para plantar, ¡genial!¡qué fácil era todo! Ya me estaba imaginando haciendo litros y litros de gazpacho, llegué a imaginarme el diseño de las etiquetas de gazpacho casero ecológico que pondría en las botellas que comercializaría si me salían muchos tomates, así que allá fui, encendí la mulita y aquello cual moto con el tubo de escape estropeado empezó a funcionar con un ruidazo de lo más desagradable, vibraba de una manera prácticamente imposible de sostener, empezamos a labrar la tierra bajo ese bendito sol andaluz mientras era incapaz de escucharme a misma, la mulita labraba y disparaba tierra por todos lados incluida mi cara llena de sudor merclandose como una mascarilla de arcilla que tan placenteramente podría haberme puesto en un baño de espuma en vez de estar ahí, pero bueno, todo términó, la tierra estaba labrada, los arriates hechos y los pequeños esquejes plantaditos ordenadamente, sí, ahí estaban mis pequeñas plantas, mis hermanas como pensé llamarlas, mis hermanas naturales plantas que me alimentarían si el mundo tal y como lo conocemos se destruyera, ellas me ayudarían a sobrevivir. En los desayunos las observo como crecen poco a poco, como salen sus florecillas, hace tres meses de todo esto, y no diré nada malo porque me han dado tres pedazos de calabacines increíbles, pero ya podrían animarse un poco más que como sigan así me como la priñaca pa Navidad, y por favor pepinos, sé que es una venganza por todas las veces que le he dicho a la gente " me importa un pepino" pero olvidarlo y creced que me han llegado a decir que sois pepinillos y que mejor os aliñe como a las aceitunas.
Flipo con esta página de como hacer huertos urbanos creativos por si queréis echarle un vistazo y os animáis con lo del huerto, o no, vosotros sabréis.
http://unadocenade.com/una-docena-de-ideas-para-crear-un-huerto-urbano-o-macetohuerto-con-materiales-reciclados/
Os dejo con Khalil Gibran:
Dijo entonces un viejo posadero: Háblanos del Comer y del Beber. Y dijo él: Pudierais vivir del perfume de la tierra, y sustentaros de la luz como una planta. Pero, ya que debéis matar para comer, y robar al recién nacido la leche de su madre para aplacar vuestra sed, haced de ello un acto de adoración. Y que vuestra mesa sea un altar sobre el que sean sacrificados los puros y los inocentes del bosque y de la llanura por aquello que de más puro e inocente hay en el hombre. Cuando matéis a una bestia decidle en vuestro corazón: Por el mismo poder que te inmola yo también seré inmolado y también yo serviré de alimento a otros. Ya que la ley te ha entregado a mis manos me entregará a manos más poderosas. Tu sangre y mi sangre no son más que la savia que alimenta el árbol del cielo. Y cuando mordáis una manzana, decidle en vuestro corazón: Tus semillas vivirán en mi cuerpo, y tus brotes del mañana florecerán en mi corazón, y tu perfume será mi aliento, y juntos nos regocijaremos estación tras estación. Y en Otoño, cuando recojáis la uva de vuestros viñedos para llevarla al lagar, decidle en vuestro corazón: también yo soy un viñedo y se recogerá mi fruto para llevarlo al lagar, y, como vino nuevo seré guardado en eternas vasijas. Y en Invierno, cuando saquéis el vino, que haya en vuestro corazón una canción por cada copa; y que haya en la canción un pensamiento por los días otoñales, y por los viñedos, y por el lagar.
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